Most Eligible Billionaire #1
Él es un poderoso CEO millonario que convirtió el negocio familiar en un imperio. El dinero no le importa, pero la compañía es su vida. Y entonces su excéntrica madre le deja en herencia todo a su pequeño perro.
Soy Vicky, la encantadora de perros (no realmente, pero es lo que mi vecina mayor siempre dice). Cuando ella muere, sorprende a todo el mundo al dejar una corporación que vale millones a su perro, Smuckers. Conmigo como su portavoz.
De repente, paso de manejar mi tienda en Etsy1 a sentarme en una elegante sala de juntas en Wall Street con Smuckers en mi regazo. Y el hijo de mi vecina, Henry Locke, conocido como El Soltero Más Elegible de Nueva York, mirándome a través de la mesa.
Los rumores dicen que Henry es un genio de los negocios, que es tan talentoso en la habitación como en la sala de juntas. Claro, es hermoso. Sexo en un traje de siete mil dólares. Pero…
Es arrogante e insufrible.
Se niega a escucharme cuando insisto en que no engañé a su madre.
Cree que puede maltratarme, comprarme, controlarme, incluso seducirme.
Henry podría tener a las mujeres de Manhattan comiendo de la palma de su mano, pero estoy tan harta de los tipos ricos que creen que poseen el mundo.
De ninguna manera su malvada sonrisa me encantará a MÍ fuera de mis bragas.
Su malvada… devastadora… imposible de resistir sonrisa.
Ah, mierda, ¿quién necesita bragas de todos modos?
The Billionaire’s Wake-up-call Girl #2
Cuando mi gerente me asigna la tarea de encontrar un nuevo servicio de llamada de despertador para nuestro director ejecutivo, pienso, ¿qué tan difícil puede ser?
Respuesta: prácticamente imposible. Resulta que ninguna empresa de llamadas de despertador en el mundo lo aceptará como cliente. Han tenido suficiente de su hosca personalidad.
Así que, en un esfuerzo por no perder mi trabajo, en secreto comienzo a hacer las llamadas yo misma, cada día a las 4:30 a.m. en punto. Oh mi Dios, sí, leíste eso bien… jodidas cuatro treinta de la mañana.
Confesión: no soy la chica de despertador más agradable a esa hora. ¡Hola! ¿quién se despierta incluso antes de que los gallos canten? Afortunadamente, no parece importarle mi actitud de saca—tu—trasero—de—la—cama.
Día a día nos volvemos más cercanos, y las llamadas comienzan a ponerse sexys, como sexy pago por minuto, y oh tan salvaje. Acurrucados bajo las mantas con la luz de la luna entrando por las ventanas, nos divulgamos nuestros secretos, pero lo único que él no puede saber nunca es que la sexy zorra que lo despierta cada mañana es solo la asistente más insignificante que usa vestidos desaliñados. Solo puedo imaginar su decepción.
Ahora quiere sacarme a una cita y está rastrillando Manhattan para encontrarme. Es un millonario dedicado a una misión. ¿Cuánto más podré mantener esta fachada?
Breaking the Billionaire's Rules #3
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Max Hilton es mi némesis de secundaria convertido en millonario. Y mañana entrego su orden de almuerzo.
En un disfraz de gato.
Sabes que lo amará. Sonreirá esa sonrisa burlona, ahí sentado todo superior en su torre brillante, el playboy más rico y notorio en todo Nueva York, el rey de todo.
Resulta que no fue la curiosidad lo que mató al gato… fue la mortificación.
Casi estoy lista para renunciar a mi empleo de entrega de almuerzos, pero entonces, mi compañera de piso me lanza una copia de El Libro de Jugadas de Max Hilton: Diez Reglas de Oro para Conseguir a la Chica más Sexy de la Habitación.
Es el libro que lo catapultó al estrellato. Y es mi nueva biblia.
Voy a usar sus propias técnicas contra él. Lo envolveré alrededor de mi meñique, lo pondré de rodillas, y romperé su corazón de acero. Llámalo revancha por todas las chicas solteras que tuvieron que soportar legiones de perdedores usando sus legendarias tácticas.
Pero al ver a Max a diario, estoy descubriendo un lado de él que ni siquiera sabía que existía. No es el tipo imbécil que pensé. Él tiene esta sonrisa que solo me muestra a mí, y que derrite mi corazón. Su toque envía estremecimientos por mi columna. Y esos besos prohibidos me están volviendo loca.
Enamorarme de él no estaba en mi plan.
¿Estoy rompiendo sus reglas o sus reglas me romperán primero?