Desde el momento en que se pronuncia su nombre, es todo lo que puedo escuchar. Sus lágrimas asustadas me enfurecen. Juro borrarlas de su cara y desterrar su miedo. Hacerla mi reina.
Pero primero tengo que atraparla.
Tengo que convencerla de que confíe en mí.
Tengo que demostrarle que está a salvo.
Pero sólo conmigo.
Porque si cualquier otro macho naga trata de alejar a Daisy de mí, lo mataré.
¿Y si ella huye?
Descubrirá que no hay escapatoria.
He pagado el precio para aparearla y tiene que saber que un nido dorado es mejor que la libertad en mi mundo.
Mil gracias a LP!